Inflamación: se define como la respuesta inicial del organismo, de forma no específica, ante la lesión tisular producida por un estimulo mecánico, químico o microbiano.
-La inflamación es la reacción (respuesta) de los tejidos
vivos a todas formas de lesión (agresión) tisular.
Se trata de una respuesta normal y, como tal, se
espera que suceda cuando hay daño a tejidos; de
hecho, si un tejido lesionado no exhibe signos de
inflamación, se considera que existe una situación
anormal.
Cornelius Celsus señala los 4 signos conocidos de la inflamación
- rubor
- calor
- tumor
- dolor
- perdida de la función - lo indico Virchow
"la inflamación es una respuesta normal y benigna del organismo y que es un proceso y no un estado"
Se producen cuatro eventos fundamentales en el desarrollo del proceso inflamatorio
- vasodilatación
- incremento de la permeabilidad microvascular
- activación y adhesión celulares
- coagulación
El organismo dispone de un sistema defensivo basado en tres elementos:
- las barreras externas (piel y mucosa)
- una respuesta inespecifica contra microorganismos u otros agentes que originan lesión
- la respuesta inmunitaria antigeno-específica
La respuesta inflamatoria puede clasificarse en
varias fases, en cada una de las cuales intervienen
mecanismos muy complejo
- fases aguda: comprende la reacción inmediata y temprana a un agente lesivo. Su duración es relativamente corta, de horas o días, y sus signos distintivos son vasodilatación local y aumento de la permeabilidad capilar.
- fase crónica:se origina por estímulos persistentes, a menudo semanas o meses, que originan infiltración de células mononucleares y proliferación de fibroblastos; se aprecian signos de degeneración y fibrosis de los tejidos afectados.
La infamación aguda se manifiesta clínicamente
por signos y síntomas característicos, que se presentan
en mayor o menor grado: enrojecimiento,
tumefacción, calor y dolor.
Los signos y síntomas
de la inflamación crónica son muy variados, dependen
mucho del padecimiento de fondo (artritis reumatoide,
neuropatía, dermatitis, colitis, etc.).
Fármacos útiles para el tratamiento de los procesos inflamatorios
Entre los fármacos capaces de reducir los signos
y síntomas de la infl amación se encuentran los
AINES y los glucocorticoides.
El grupo de AINES está conformado por fármacos
de muy diversa estructura química que comparten
su capacidad de inhibir la actividad de la
COX y, con ello, la síntesis de prostaglandinas y
tromboxanos.
Los glucocorticoides son fármacos con efectos
metabólicos, antiinflamatorios e inmunosupresores
muy poderosos. Dentro de este grupo se pueden
distinguir a los glucocorticoides en los que
predomina el efecto antiinflamatorio (betametasona,
dexametasona, triamcinolona), los cuales
no producen efectos mineralocorticoides o éstos
son mínimos. Los glucocorticoides inhiben la formación
de la fosfolipasa A2
y, en consecuencia, la
liberación de ácido araquidónico, el principal precursor
de prostaglandinas.
- Inhibidores de la ciclooxigenasa: Este grupo (AINES) está constituido por numerosos miembros, entre ellos ácido acetilsalicílico (considerado prototipo), ácido mefenámico, diclofenaco, dipirona, fenilbutazona, fenoprofén, flurbiprofén, ibuprofén, indometacina, cetorolaco, nabumetona, naproxén, tenoxicam y tolmetín. Estos fármacos se caracterizan por tener propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antipiréticas. Como parte de este grupo también se incluye al acetaminofén, que se distingue de los anteriores porque sus efectos antiinflamatorios son mínimos o no se presentan. Se acepta que los efectos farmacológicos y tóxicos de los AINES dependen de su capacidad de inhibir a la COX y, en consecuencia, reducen las síntesis de prostaglandinas y tromboxanos. Dentro de los AINES es importante distinguir dos subgrupos:
- a) los inhibidores no selectivos de la COX (inhiben COX1 y COX2 ), que son la mayor parte de los fármacos antes descritos, los cuales reducen simultáneamente la fiebre, el dolor y la inflamación y, al mismo tiempo, la función fisiológica de los prostanoides, inhiben la agregación plaquetaria y producen efectos adversos gastrointestinales y renales
- b) los inhibidores relativamente selectivos COX2 (nimesulida, celecoxib, etodolaco); fármacos que mantienen los efectos primarios de los AINES pero que no modifican sustancialmente la formación de prostanoides en los tejidos gastrointestinal y renal, y en plaquetas. Si bien se ha observado que con estos fármacos se disminuye la incidencia de reacciones adversas, particularmente las gastrointestinales, todavía no se establecen claramente los riesgos de su administración crónica. Por ello, y por su mayor precio, su uso debe ser restringido.
- Farmacología de la inflamación y de las alergias
- Los efectos farmacológicos de los AINES son relativamente semejantes. Sólo se puede destacar al acetaminofén, que tiene propiedades antiinflamatorias muy discretas, y el caso de la indometacina y piroxicam, cuyas acciones antiinflamatorias son más poderosas que el resto del grupo. En contraste, sí es importante considerar que los AINES muestran diferencias respecto a su toxicidad y en el grado de aceptación por parte de los pacientes.
- Por su acción antiinflamatoria, los AINES son medicamentos muy útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios agudos (asociados a diversas causas) y crónicos, particularmente en el caso de las enfermedades reumáticas (artritis reumatoide, osteoartritis, espondilitis anquilosante, artritis bacteriana, lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, miopatías inflamatorias, vasculitis, síndrome de Sjögren). Además de lo anterior, los AINES tienen amplias aplicaciones clínicas como antipiréticos
- A nivel clínico, los AINES de introducción más reciente son, en general, más potentes (que sólo implica el empleo de dosis menores) que el ácido acetilsalicílico, pero no son clínicamente más eficaces. Su ventaja sobre el ácido acetilsalicílico es la duración más prolongada de su efecto, lo que disminuye la frecuencia de administración y favorece la adherencia terapéutica. En el caso de los inhibidores de la COX2 se observa una relativa menor incidencia de efectos gastrointestinales. Sin embargo, algunos de ellos pueden tener efectos tóxicos más peligrosos (administración crónica) y todos son considerablemente más caros. Los AINES se absorben bien en el tracto gastrointestinal y sus concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan en 1 a 3 h.
- Se metabolizan en el hígado y se eliminan en la orina.
- Los AINES tienen en común varios efectos indeseables. Las reacciones adversas más importantes y frecuentes, especialmente cuando se administran de manera crónica o en dosis altas, son irritación de la mucosa gastrointestinal, propensión a ulceraciones gástricas e intestinales y sangrado gastrointestinal. Ocasionalmente se puede presentar hemorragia masiva. Éste es un riesgo alto en bebedores crónicos y en pacientes con antecedentes de enfermedad gástrica. El daño histológico producido por estos fármacos se debe a una acción irritante local y a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas (PGI2 , PGE2 ), ya que estos productos endógenos tienen la función de inhibir la secreción ácida gástrica en el estómago y promover la secreción de moco citoprotector en el intestino. Algunos lesionan el tejido hematopoyético (dipirona), otros pueden producir lesión renal, y todos pueden provocar reacciones de hipersensibilidad. Cabe subrayar que el ácido acetilsalicílico no debe administrarse en niños que sufran algún proceso viral, como influenza o varicela, ya que este fármaco puede inducir un síndrome de Reye. En estos casos el acetaminofén es el fármaco de elección.
- Glucocorticoides: Los glucocorticoides son fármacos que tienen propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras muy poderosas. Previenen y suprimen las manifestaciones tempranas y tardías de los procesos inflamatorios. En este grupo destacan, por sus propiedades antiinflamatorias, los glucocorticoides de acción intermedia (prednisona, prednisolona, triamcinolona), cuyo efecto persiste por 18 a 36 h, y los de larga duración (betametasona, dexametasona), cuyos efectos pueden persistir de uno a tres días. Estos fármacos atraviesan la membrana celular y se unen a receptores citosólicos (GRα y GRβ); el complejo fármaco-receptor pasa al núcleo donde se une a sitios específicos en el DNA, lo cual reprime la transcripción o induce transcripción de genes específicos. La represión se lleva a cabo sobre varios factores de transcripción, entre ellos los genes de la COX, citocinas y sintasa de óxido nítrico. Así, inhiben la liberación de ácido araquidónico, disminuyen la formación de citocinas IL-1 a IL-8, TNF-γ, factores de adhesión, factor estimulante de la colonia de granulocitos-macrófagos, reducen la generación de óxido nítrico, la liberación de histamina y la producción de IgG.
- Por estos mecanismos, los glucocorticoides inhiben la formación de prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos, la migración de los neutrófilos a las áreas de inflamación, la permeabilidad capilar, el edema, y la acumulación de mastocitos en sitios de inflamación; Como parte de sus efectos metabólicos, los glucocorticoides inducen la gluconeogénesis, que aunada al uso disminuido de glucosa en la periferia, hacen que aumente el glucógeno hepático, la glucemia y la secreción de glucagon, e inducen resistencia a la insulina. También incrementan la lipólisis y movilizan los ácidos grasos del tejido adiposo, reducen la absorción del calcio y facilitan su excreción renal.
- Los glucocorticoides se absorben bien por vía oral y existen formulaciones farmacéuticas para su aplicación intramuscular, intravenosa, intraarticular o intralesional. Cuando se aplican tópicamente pueden absorberse y pasar al plasma en cantidades importantes.
- Su metabolismo en hígado y riñón es muy lento y su afinidad por las proteínas plasmáticas es muy baja en comparación con los glucocorticoides naturales. La vida media plasmática varía de 3 a 5 h, y la vida media biológica (tejidos) abarca de 36 a 54 horas.
- Los glucocorticoides se utilizan en el tratamiento de afecciones alérgicas o inflamatorias graves o incapacitantes que no responden al tratamiento convencional; en casos de cardiopatía reumática en pacientes graves o que no responden a los salicilatos; en enfermedades de la colágena durante su exacerbación o como terapia de mantenimiento, y en enfermedades oculares caracterizadas por procesos inflamatorios y alérgicos graves. Su administración crónica produce diversas reacciones adversas, entre ellas:
- aumento de peso
- dolor muscular
- sangrado gastrointestinal
- facies lunar
- aumento de la susceptibilidad a las infecciones
- reactivación de la tuberculosis
- manifestaciones de osteoporosis
- edema de las extremidades
- falta de cicatrización de alguna herida.
- Al suspender su administración se pueden presentar manifestaciones de insuficiencia suprarrenal. La administración prolongada hace que se suspenda el crecimiento y desarrollo de los niños. El uso concomitante de fenobarbital, rifampicina, fenitoína y efedrina favorece el metabolismo de los adrenocorticoides, lo que disminuye su eficacia terapéutica.
- Antirreumáticos: La artritis reumatoide es un padecimiento crónico, de etiología desconocida y naturaleza autoinmunitaria. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que se caracteriza por afectar la membrana sinovial de varias articulaciones; con el tiempo, se presenta erosión ósea, destrucción del cartílago y puede ocurrir pérdida total de la articulación. También tiene manifestaciones extra articulares graves.
- El dolor y la infl amación son de carácter simétrico y afectan las articulaciones metacarpofalángicas (principalmente la segunda y la tercera), las muñecas y las articulaciones tarsometatarsianas y metatarsofalángicas. En general se acompaña de síntomas generales, principalmente fatiga, sobre todo cuando la enfermedad es activa. Después de meses o años, se presentan deformidades de los dedos; la atrofia de piel y músculos es común, así como sequedad de mucosas y manifestaciones oculares y pleurales. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de complejos inmunitarios circulantes formados por la reacción de anticuerpos (factor reumatoide) de diferentes isotipos, que reaccionan con la fracción FC de inmunoglobulinas autólogas.
- El metotrexato (ametopterina) es un análogo del ácido fólico que tiene propiedades citotóxicas, inmunosupresoras y antirreumáticas poderosas. No se conoce el mecanismo por el cual tiene un efecto benéfico en los pacientes con artritis reumatoide.
- Por sus propiedades citotóxicas, que dependen de su capacidad de inhibir la reductasa de deshidrofolato y, en consecuencia, la síntesis de purinas, también se le utiliza en la profilaxia y tratamiento de diversos tipos de leucemias, linfomas, carcinomas. Las reacciones adversas más importantes incluyen: depresión de la médula ósea y lesión del epitelio gastrointestinal. Es un fármaco que puede causar anormalidades congénitas graves, por lo que está contraindicado en mujeres embarazadas.